martes, 25 de noviembre de 2014

El trabajo infantil recoge centavos en las veredas de Quito

El trabajo infantil recoge centavos en las veredas de QuitoEl trabajo infantil recoge centavos en las veredas de QuitoFoto El Comercio
El Ecuador es una nación de gente joven. La población menor de dieciocho años 2.551.821 niños y 2.499.267 niñas, representa el 41% de los 12.191.519 de habitantes que pueblan el territorio.

El 13% de la población total tiene entre cero y cinco años, el 16% tiene entre seis y doce años, y el 12% entre trece y diecisiete años cumplidos.
Entre ese conglomerado de cifras y porcentajes aparecen Jessenia y Jhony cargando sus escobillas para limpiar parabrisas. En sus pequeños rostros se puede vislumbrar el cansancio y el desconocimiento de esa palabra: "derechos", que casi nunca mencionan en la escuelita a la que ya no asisten porque están de vacaciones, trabajando en las calles.
Marlon Vallejo, director técnico nacional del Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia, afirma que los retos que enfrentan los niños y niñas en su desarrollo físico, emocional e intelectual varían con la edad.
Para Jessenia y Jhony su mayor reto por ahora, es conseguir algo de dinero para llevar a su padre y abuela. Quienes los esperan ansiosos en la casa, temerosos de los señores que cada semana aparecen para cobrar el arriendo atrasado.
En el Ecuador, el Observatorio de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia trabaja, apoyado por UNICEF, para medir el cumplimiento de los derechos de la niñez mediante los "índices de los derechos de la niñez" (o IDNs). Estos índices se calculan para tres etapas del desarrollo: primeros años (0 a 5), edad escolar (6 a 12) y adolescencia (13 a 18).
Los índices miden cómo el país está o no cumpliendo los derechos de la niñez y adolescencia en cuanto a supervivencia, salud y educación, y ayudan a revelar dónde están las barreras sociales, económicas o culturales que impiden que los niños y niñas ejerzan sus derechos. Los IDNs resumen esta información en una sola cifra, en una escala de 0 a 10, en la que el 0 representa la peor situación provincial encontrada en el país, y el 10 indica que el derecho está siendo ejercido plenamente por todos los niños y niñas.
Para Klever Torres, asesor en derechos de los niños de Plan Internacional, Ong que trabaja en este campo, estos índices no tienen sentido si no se trabaja en conjunto con el Gobierno. Si bien la inversión social que desarrolla el Estado en educación y salud ha aumentado en los últimos años, no se han emprendido campañas fuertes para erradicar el trabajo infantil y asegurar el cumplimiento de los derechos de los menores. Además asevera que gran porcentaje de los niños trabajadores están sometidos bajo mafias o la autoridad de sus padres.
Jessenia, luego de dejar a Jhony jugar un rato con sus amigos, comenta que ella siempre ha trabajado vendiendo caramelos y limpiando carros en vacaciones para ayudar a sus padres; pero que sabe que muchos de los niños que comparten la jornada con ella están vigilados por personas adultas, que solo cobran lo recaudado. "Yo siempre me hago la loca", añade.
En el Ecuador los problemas económicos vienen desde la década de los 80, el crecimiento económico del país ha sido limitado, excepto los últimos años en que las remesas de los migrantes han salvado la economía nacional.
Para Jessenia los estragos de la pobreza siempre han estado presentes. Ella no olvida el día que a su madre la dejaron con los churos hechos, como se dice comúnmente, para viajar a España. "Mis papás tuvieron que endeudarse y desde ahí todo empeoró", comenta con la mirada fija en algún punto del firmamento, como queriendo olvidar el pasado.
La crisis de 1999 trajo consigo políticas de ajuste, afectando básicamente a los grupos rurales y urbanos más pobres de la sociedad. Ello les ha restado capacidad para generar recursos familiares que puedan ser invertidos en alimentar, educar, cuidar y curar a los niños.
Yessenia a su corta edad, ya sabe lo que es responsabilizarse de un niño. Después del fallido viaje de su madre y su muerte atropellada por un bus cuando vendía frutas, ella ha cuidado de Jhony como si fuera su hijo. "Mi papá pasa todo el día trabajando como albañil y mi abuelita sale temprano a recoger cartones en San Roque, por eso todo el día paso con el Jhony", indica Jese, como cariñosamente la llama su hermano.
Más de tres millones y medio de ecuatorianos no tienen acceso a los servicios de salud y educación. Ante esta realidad, Vallejo reconoce que los problemas sociales vuelven más vulnerables a los niños.
Esta problemática es muy dramática, en nuestro país casi un 70% de los 4.8 millones de niñas y niños de Ecuador viven en la pobreza. Aproximadamente 430.000 niños y niñas con edades entre los 5 a los 17 años de edad trabajan, la desnutrición afecta a un 15% de los niños y niñas menores de cinco años y los programas de desarrollo de la primera infancia que reciben apoyo del gobierno abarcan solamente a un 8.45% de los niños y niñas que cumplen con los requisitos.
Desde 1990 hasta 2001, la tasa neta de matriculación en la escuela primaria se estancó en alrededor de un 90%. Los niños y las niñas tienen acceso igualitario a la educación, pero no es éste el caso de los niños y niñas indígenas y afroecuatorianos: un 90% de estos niños y niñas viven en la pobreza y solamente un 39% ha terminado la escuela primaria (en comparación con el 76% de los niños y niñas de otros grupos).
Por fortuna, Jessenia y Jhony si asisten a la escuela. Pero la mala alimentación, sopa de fideo y papas casi todo los días, afecta su capacidad de desarrollo cognitivo.
Las consecuencias de esta desatención progresiva al sector social conlleva a múltiples problemas sociales como la baja alimentación y nivel profesional, la delincuencia, la prostitución, asesinatos, el alcoholismo , la drogadicción, y la pobreza; por esta última muchos niños de las familias se ven obligados a trabajar. En especial en la calle como betuneros, vendedores de periódicos, frutas, limpia carros.
Vallejo señala que el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), es el organismo responsable de dirigir y ejecutar la política estatal en materia de protección de menores. Por ello deslinda responsabilidad ante el combate a esta realidad, ya que al Consejo Nacional de la Niñez solo le compete formular políticas públicas y observar su cumplimiento.
En el sector informal integrado por los ocupados/as por cuenta propia, están presentes muchos niños que trabajan por varias monedas al día, como Jessenia y Jhony. Los estudios realizados por el SIISE muestran que por efectos de la pirámide poblacional los más afectados por la pobreza son los niños, además hay una estrecha relación entre pobreza y niñez, las consecuencia son: niños desnutridos que, al abandonar la escuela, se convierten en niños de la calle, viéndose obligados a trabajar a muy temprana edad y que en general son víctimas de la violencia familiar y social.
Todas las tardes cuando Jessenia y Jhony se retiran de su espacio de trabajo y diversión en las calles de Quito, añoran algún día dejar de trabajar y ser como los otros niños, los que van transportados en algunos de los carros que limpian, y así dejar de formar parte de las estadísticas.
Según Lorena Chávez, coordinadora general de Protección Especial del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), en el Ecuador existen 290.000 niños trabajando de manera voluntaria e involuntaria, algunos en las calles y otros en establecimientos y el campo.
"Con el Municipio estamos trabajando el tema de educadores en calle para detectar a los niños que están siendo explotados", comenta Chávez.
Aunque el Municipio de Quito no tiene el número exacto de niños, la coordinara del MIES asegura que la cantidad ha disminuido.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) muestra que hacia diciembre de 2011, de los 3'675.803 niños y adolescentes ecuatorianos de entre 5 y 17 años, 213.146 trabajan. (AJ)

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